NO TENER EN CUENTA A DIOS
El mayor error que un hombre puede cometer, es el de obrar sin tener en cuenta a Dios. Tarde o temprano el pensamiento de Dios se impondrá a su mente, y entonces todos sus planes y sus cálculos serán destruidos. Todo lo que el hombre emprende independientemente de Dios, puede durar a lo sumo durante el tiempo presente. Todo lo que no es más que humano, por sólido, brillante y atractivo que pueda ser, está destinado a ser presa de la muerte y a caer deshecho en polvo, en las tinieblas y silencio de la tumba. Todas las glorias y excelencias del hombre serán sepultadas bajo "los terrores del valle" (Job 21:33). El hombre lleva sobre su frente el sello de la muerte, y todos sus proyectos se desvanecen, porque solo son pasajeros. Al contrario, todo lo que se relaciona con Dios y se apoya en Él, permanece para siempre. "Será su nombre para siempre, se perpetuará su nombre mientras dure el sol" (Salmo 72:17). Cuán grande es, pues, la locura del débil mortal que se levanta contra el Dios eterno, quien "le acometerá en la cerviz, en lo grueso de las hombreras de sus escudos" (Job 15:26)...
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